Eterno Antonio Puerta.

Sencillo y grandioso al mismo tiempo.

Merecido y esperado por todo el Sevillismo.

Necesario tanto por lo que significó, como por la forma que nos dejó...

Habría muchas palabras para calificar el acto que el Sevilla FC organizó en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios en el homenaje a Antonio Puerta, pero yo me quedo con una por encima de otras muchas: EMOTIVO.

Sí, un acto sencillo pero muy emotivo, y realizado con mucho tacto por parte del Sevilla FC, para que Antonio esté siempre en la casa donde creció como futbolista y como persona.

Una casa donde acudió en infinidad de ocasiones con su volkswagen polo de color blanco. Por eso era imposible encontrar un mejor lugar para inmortalizarlo para siempre.

Todos los Sevillistas que acudimos al acto hemos vuelto a emocionarnos, a llorar y recordar a Antonio inmersos en un tremendo sabor agridulce.

José María Del Nido: "Nadie muere mientras sea recordado, y hoy inmortalizamos la figura de Antonio".

Jesús Navas: "Eres el alma de este vestuario, porque nunca te has ido".

De Antonio Puerta se podrían contar muchas cosas, pero como son tantas las que ya se han dicho y escrito, voy a dejaros una muy personal que dice mucho de la clase de persona que era ese futbolista que nos regaló a todo el Sevillismo ese Jueves de Feria que perdurará por siempre en el tiempo.

Ocurrió en el primer partido que el Sevilla Atlético disputó en la fase de ascenso a la división de plata que finalmente consiguió tras haberlo acariciado por cuarto año consecutivo.

Partido celebrado en el Ramón Sánchez Pizjuán en una mañana calurosa.

Encuentro emocionante en el que nuestro equipo filial apretaba pero no conseguía marcar.

Era el primer partido que mi sobrina Marta acudía al templo de Nervión.

Recuerdo que faltaban unos cinco minutos para el descanso y fui a las barras del estadio en busca de refrescos.

Al pasar por uno de los vomitorios del estadio vi a Antonio Puerta presenciando el partido y pensé que mi sobrina Marta no podría tener mejor padrino en su primera visita al Ramón Sánchez Pizjuán.

Entonces me vuelvo y acercándole a mi sobrina a Antonio le digo a este que si la puede coger para así hacerle una foto.

Justo cuando Antonio se vuelve para escuchar lo que le estoy diciendo es cuando el Sevilla Atlético consigue anotar el primer gol del partido.

Gol que se pierde Antonio por mi culpa, pero que celebra como si lo hubiese marcado él mismo.

Me disculpé y le dije que lo sentía.

Pero Antonio, con una sonrisa y una amabilidad impropia para alguien que le había dejado sin poder ver un gol de sus compañeros, me dijo que no importaba, que lo importante era que habíamos conseguido por fin marcar, y cogió a mi sobrina Marta en brazos para que le hiciese la foto.

Juzguen ustedes la cara de Antonio Puerta en la fotografía justo después del momento que os acabo de contar, porque así era Antonio... Incluso cuando acababan de "fastidiarle".

Por ser un magnífico futbolista y además ser el encargado de abrirnos de nuevo al Sevillismo la Puerta de la Gloria.

Pero también por como era personalmente... Antonio Puerta será por siempre ETERNO.