Había una vez... un fiscal y una panda de hienas.

Un fiscal es un funcionario público que lleva la dirección de la investigación criminal y el ejercicio de acción penal pública en los casos que conoce.

Un fiscal asume unipersonalmente las causas, pero un fiscal no puede dirigir una investigación, ni ejercer la acción penal pública, sobre determinados hechos punibles (debiendo ser reemplazado), cuando se configura, a su respecto, una causal legal de inhabilidad, las cuales generalmente están fundadas en el interés particular en el delito o la amistad, enemistad o relación con los partícipes de tal hecho.

Pero hay más.

Un fiscal está en el deber de ejercer sus funciones con independencia y bajo los principios de legalidad y objetividad. Siendo responsable, en el ejercicio de sus funciones, en el ámbito civil, penal y disciplinario.

¿A que viene todo esto?

Pues viene que todo lo anterior no se puede, ni se tiene que pasar por alto.

Y todo esto viene a que existe un fiscal malagueño que se la tiene jurada a José María Del Nido, y no precisamente de ahora, sino desde hace ya muchos años.

De paso, todo esto le viene de muerte a todas esas hienas que buscan carnaza para desprestigiar y llenar de mierda, durante todos estos días, horas de televisión y radio, páginas de periódicos, portales en internet, foros, etc.

Lo que no saben esta panda de hiénidos es que sus risas terminarán en el mismo sitio que las esperanzas de todo aquel que desea ver a José María Del Nido entre rejas, y en el mismo sitio en el que acabará el ataque feroz de ese fiscal malagueño.

Porque no tengo ninguna duda de que José María Del Nido quedará absuelto. Como ya quedó absuelto por el Tribunal de Cuentas, que en España y hasta que no se demuestre lo contrario, es el órgano supremo fiscalizador de las cuentas y de gestión económica del Estado y del sector público.

Este órgano superior dice una cosa y un fiscal malagueño dice lo contrario... Y yo confío en que los jueces ponga a cada cual en su sitio.

Porque el final de todo esto lo tengo clarísimo, y no por ser amigo de un José María Del Nido al que no le sorprende lo más mínimo todo esto porque así tal cual lo esperaba, sino por haber tenido, y hace ya muchos años, la prudencia de preguntar y enterarme de que va este tema antes de hablar las estupideces que se han escuchado y leído.

Y hace ya muchos años que tengo clarísimo tanto las intenciones de este fiscal malagueño, como también las de las hienas que esperan esa carnaza que nunca podrán devorar con sus colmillos.